Nuevamente tuve la oportunidad de acudir a una de las construcciones diseñadas por el arquitecto Luis Barragán. Junto con el grupo me presente a una hora de la tarde, especialmente para apreciar el juego que el autor hace con los colores. Visto como un edificio igual a los demás desde la calle, la capilla de Barragán no impresiona hasta que uno accede a su interior. En parte por las deliberaciones manejadas por el gobierno cualquier persona es capaz de dar un pequeño recorrido por las instalaciones del lugar, cosa que sería imposible si los religiosos mantuvieran su enclaustramiento de la forma en que se toma en Europa.
Iniciando con un pequeño recibidor que da paso a la calle, la capilla reluce como una construcción diferente. Ornamentada a la entrada por una monja, que clásicamente vende sus productos, la capilla muestra las características esenciales del arquitecto. Tan solo al continuar con el pequeño patio se puede apreciar al trabajo de Barragán, de un lado una malla que es constante en el lugar, la cruz monumental en otra de las paredes, la combinación con la vegetación y una fuente semejante a un espejo dan la idea de un conjunto simple perteneciente a él.
Siendo dirigidos por una de las monjas entramos al edificio. Un cambio brusco, de luz total al ambiente oscuro pero tranquilo, cotidiano de las religiosas. En una de las paredes se localizaba una ventana ámbar, paso de la luz suficiente para apreciar el pequeño cuarto. A continuación seguía la capilla. Única, sencilla, contrastada. En esta sección de la edificación abundaba la simpleza, ideal para evitar distracciones y con el fin de retener la atención del creyente. De un lado se localiza una cruz, que por un efecto del arquitecto no se aprecia su relieve. El altar es tal cual un sol impresionante para los fieles.
Como parte del recorrido pasmo por la sacristía, y un cuarto en la capilla dedicado a los familiares de las religiosas. Igualmente pudimos apreciar algunos de los cuartos donde los familiares de las monjas pueden ir a visitarlas. En todos estos cuartos se ve el trabajo de la luz, siendo una iluminación indirecta en la mayoría de ellos y haciendo del lugar un ambiente más cálido. Es impresionante el trabajo que se realizo en la capilla, trabajo arduo de un fiel.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
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